Como mi trabajo es visual y me deleito en explorar la sensibilidad en todas sus formas, decidí integrar los sentidos del Olfato y el Gusto en una Acuarela que resalta el valor de la Conciencia Perceptiva.
El OLFATO nos permite detectar y reconocer una amplia gama de olores. En la cavidad nasal, múltiples receptores captan las moléculas olfativas y envían señales al bulbo olfativo, que el cerebro traduce en experiencias reconocibles.
El GUSTO, por su parte, nos permite percibir sabores a través de las papilas gustativas en la lengua. Estas contienen receptores que captan los sabores básicos: dulce, salado, ácido, amargo y umami. Las señales gustativas viajan al cerebro donde se integran para generar la experiencia del sabor.
Ambos sentidos están profundamente conectados: cuando comemos, los aromas de los alimentos ascienden por la parte posterior de la garganta hasta la cavidad nasal, donde se combinan con los sabores detectados en la lengua, creando una vivencia sensorial rica y compleja.
Además, estos dos sentidos están estrechamente integrados con la memoria y las emociones. Los olores y sabores pueden evocar recuerdos y sentimientos específicos debido a la conexión entre las áreas cerebrales que procesan estos sentidos y las áreas responsables de los recuerdos y los afectos. De ahí la gran potencia que tienen los perfumes y la buena comida.
Representar lo invisible
Representé estos sentidos con la imagen de una chica que toca, juega, huele, saborea y disfruta de unos espaguetis en el momento de llevarlos a la boca. No usé una pasta especial, sino las comunes, con tomate y otras verduras.

Comencé por el dibujo y las primeras aguadas: una base amarilla en el centro (nariz, boca y pastas) y de ahí azul hacía los bordes.

Después apliqué las primeras sombras suaves en el rostro y en las manos.

Ahora, intensifiqué las sombras y definí las zonas más oscuras de la pintura: lo profundo de la boca, las fosas nasales y los ojos.

Aquí, empecé a definir algo del cabello y opté por empezar el fondo.

Luego trabajé más en el fondo, en el cabello y en los espaguetis.

Para terminar la Acuarela, oscurecí más el fondo, mejoré el cabello y la piel del rostro, mientras detallaba los espaguetis con esos fragmentos de tomate, algunos incluso desparramados en la boca.
Como la característica esencial de la Acuarela es la captación de la LUZ, decidí dejar la nariz en blanco, al igual que los dientes, más el brillo de las pastas, para centrar la atención en los sentidos que quería evocar. La mano y el brazo están menos definidos, se encuentran en la visión periférica.
Lo esencial que busco es capturar la entrega sensorial: la chica sonríe, juega, cierra los ojos, completamente inmersa en el deleite del sabor y el aroma.
A menudo comemos automáticamente, perdiéndonos ese valioso y agradable instante que nos ofrece la Vida. Si estoy comiendo, que sea para saborear; si voy a pensar, que tenga su espacio. Cada acto merece su tiempo y su disfrute.
Si esta acuarela resonó contigo y deseas hacerla parte de tu espacio, está disponible para la venta. Es una obra original, de 35 x 25 cm., donde el color, la luz y el gesto capturan la experiencia íntima del sabor y el aroma. Escríbeme si quieres más detalles o estás interesado/a en adquirirla.
¿Qué te evocan estos colores, formas, olores y sabores? Me encantaría leer tu interpretación o experiencia en los comentarios. Tu opinión enriquece este espacio – gracias por compartirla.
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