1er Encuentro Nacional de Acuarelistas

Encuentro de Acuarelistas, Pintar el instante

Entre el 28 de mayo y el 2 de junio de 2025 se celebró en Cartagena de Indias el 1er Encuentro Nacional de Acuarelistas, organizado por la International Watercolor Society (IWS) Colombia. El evento reunió a aproximadamente 100 participantes provenientes de diferentes regiones del país.

Actividades desarrolladas

  • Formación técnica: Se realizaron talleres con enfoque en métodos, pigmentación, composición, historia y aplicación de la acuarela.
  • Invitados internacionales: Participaron la Maestra Tere Lojero (México, Vicepresidenta IWS América), los Maestros Evaristo Callo y Jorge Corpuna (Perú), además de César Bertel (Líder IWS Colombia) y Darío Ortiz (Colombia).
  • Ejecución de acuarelas al aire libre, en vivo y en directo de los diferentes sitios históricos y naturales de Cartagena de Indias, por los diferentes participantes en el evento.

Registro Visual y documentación

Se anexan tres imágenes de acuarelas realizadas por el autor durante las jornadas de trabajo, seguidas por fotografías de interacción con referentes del medio:

Acuarela realizada desde la Plaza de la Aduana. 50 x 35 cm. Disponible. Ver detalles en: https://www.instagram.com/p/DKUq5Lxtcsf/?hl=es-la&img_index=1

Acuarela realizada desde el Club de Pesca Marina. 70 x 50 cm. Disponible. Ver detalles en: https://www.instagram.com/p/DKc_qLIS8T0/?hl=es-la&img_index=1

Acuarela realizada desde la Plaza de la Aduana. 50 x 35 cm. Disponible Ver detalles en: https://www.instagram.com/p/DKXRvZ9tA5t/?hl=es-la&img_index=1

Con Tere Lojero de México, Líder de IWS América, a la izquierda. Con Cesar Bertel, Líder IWS Colombia, arriba. Con Roberto Angulo, gran referente de Barranquilla, abajo. Y a la derecha, de paseo familiar por Getsemaní.

Desfiles en el Carnaval de Barranquilla

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La Batalla de Flores es el desfile más antiguo del Carnaval de Barranquilla, este año cumple 120 años, lleva su nombre en honor a las festividades que se celebraron después de la guerra de lo mil días, que dio reinicio al Carnaval.  Este festejo le da apertura al Carnaval el día sábado, se realiza en la Vía 40 desde 1991, antes se celebraba en las avenidas Olaya Herrera, 20 de Julio y en el Paseo Bolívar.  A la vez, se realizan desfiles por la carrera 44 Batalla de Flores del Recuerdo y por la calle 17 Desfile del Rey Momo.

Algo de Historia de la Batalla de Flores:

«consistió en un elegante paseo por el «Camellón». Partiendo dos bandos integrados por familias en cuyas «Victorias» primorosamente decoradas con flores naturales y motivos festivos originales, salían al encuentro de la Batalla. […]. A la hora decisiva las trompetas militares del cuartel sonaron al compás de bombos y platillos y la algarabía propia estimulada por el bullicio de la gente; se inició la batalla con la artillería de serpentinas, confetis, flores naturales y perfumes que se «disparaban» ambos bandos durante el recorrido de cuatro vueltas a la manzana. Terminando el «combate» los dos bandos reconciliados, para disfrutar aquella paz, obtenida con tanta cortesanía festejaron en el Teatro Emiliano el plebiscito, cual fue tan memorable aquel día, que el año siguiente se pidió repetir la «batalla» y solicitar permiso nuevamente a la municipalidad.» De la Espriella, Alfredo (2003). Carnaval de Barranquilla: centenario de la Batalla de Flores (1903-2003). Barranquilla: Mejoras.

«“Solo hasta 1903, luego de la firma de los armisticios de Neerlandia y Wisconsin, que pondrían fin a la guerra, Barranquilla recuperó sus fiestas celebrando de manera simbólica el cese de las hostilidades”, sostiene Coronado.  Cuenta Alberto Coronado, que el general Heriberto Vengoechea, propuso a la Junta Directiva del Club Barranquilla y al que en ese momento era el presidente de las fiestas “llevar a cabo una batalla campal en la que en vez de letales obuses se empleara artillería pesada de flores tropicales”.  Es así, como el sábado 21 de febrero de 1903 se realizó por primera vez la Batalla de Flores del Carnaval de Barranquilla.»  Texto extraído el 21 de febrero de 2023 de: https://www.radionacional.co/cultura/ferias-y-fiestas/carnaval-de-barranquilla-batalla-de-flores-cumple-120-anos

El sábado de Carnaval tuve la intención de pintar este evento, pero no me fue posible.  Se me dio la oportunidad ayer lunes en la Gran Parada de Comparsas.  Esta se viene celebrando desde el 2003 en la Vía 40, anteriormente se llamaba Gran Parada de Fantasía y recoge mezclas escénicas innovadoras tanto de lo local, lo tradicional como de lo internacional.

Inicié con el dibujo a eso de las 2:30 p.m. en un espacio excelente, una especie de tarima en madera al lado de los que alquilan sillas que estaban debajo, desde donde podía apreciar todo el desfile, trabajé hasta las 5:30 p.m. cuando se acabó la parada y tocó suspender por el desmonte de los palcos y tarimas.  Comencé dibujando un boceto rápido con público a lado y lado de la via, al final de la vía a la izquierda representé una comparsa de negros con vestuario naranja, retuve la impresión para más adelante pintarla; dejé el primer plano de la vía sin dibujar, esperando a que pasara alguna comparsa que cautivará mi atención.  A continuación recuento gráfico de la producción artística en la Gran Parada de Comparsas.

Ahora, vídeos del momento de ejecución de la Acuarela.

En cuanto a la pintura, comencé con el fondo, cielo y árboles; después seguí con las personas al lado opuesto dónde me encontraba, para luego seguir con el público de mi lado; más tarde me enfoqué en la danza de negros; así fui dando pinceladas en esos cuatro áreas, pasando ala vez de un lado a otro donde requería mi intervención. Seguí dejando la parte de la vía frente a mi vacía, hasta que pasaron las Marimondas, desordenadas y haciendo malabares ante el público, en ese momento decidí que las pintaría. Al acabar la Gran Parada tocó suspender la pintura por el desmonte de los palcos, así va la Acuarela por el momento, ahora toca terminarla en el estudio.


Ermita de San Miguel, Chorro de Quevedo, Bogotá.

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Aproveché mis vacaciones estando en Bogotá, me fui a conocer y a pintar mi tercera acuarela a la Candelaria. He aquí las impresiones recibidas.

«Si uno de tus intereses para visitar Bogotá es conocer su arquitectura colonial, en el centro de la capital no sólo podrás contemplar sus edificaciones, también podrás hacer un verdadero recorrido por la historia de la capital. Allí, en el centro, hay un lugar emblemático que no puedes pasar por alto: el Chorro de Quevedo «el corazón de Bogotá». El Chorro de Quevedo o «El Chorro», como es conocido popularmente, es uno de los puntos bogotanos de mayor interés cultural y turístico en el sector de La Candelaria. Así mismo, se ha convertido en un punto frecuente de encuentro de jóvenes y estudiantes que, en sus tiempos libres, buscan aprovisionarse de chicha, una bebida indígena de maíz fermentado, una bebida que fascina a propios y extraños. La historia de Bogotá está entrelazada con El Chorro de Quevedo y por eso se ha vuelto un paso obligado para cualquier persona que visite el Centro Histórico de la capital colombiana, y que quiera conocer un verdadero punto de identidad bogotana. Cuentan algunos historiadores que en este escenario, el 6 de agosto de 1538 se celebró una ceremonia religiosa y allí tuvo origen, de manera oficial, la fundación de la ciudad de Bogotá. El Chorro de Quevedo era uno de los puntos que delimitaba la frontera entre «la ciudad española» y «la ciudad indígena». En aquel entonces, hacia el costado suroccidental se encontraba el orden español con vías equidistantes, el lugar donde residían los ciudadanos; mientras que hacia el costado nororiental se encontraba la ciudad indígena, que nunca referenció un plano antiguo y a la cual los españoles llamaron «Pueblo Viejo». Seis cafés rodean al emblemático Chorro de Quevedo en La Candelaria, centro de Bogotá. Este particular espacio capitalino presenta la mayor cantidad de cafés en el centro tradicional, resaltando sus valores patrimoniales y sociales. Una vez en El Chorro, si quieres tener una sensación diferente y sentirte en uno de los mejores espacios de la zona, puedes ir al famoso Café de Rosita, en donde podrás sentarte en cualquiera de sus dos discretas mesas y acomodarte debajo de los arcos que adornan la plazoleta de El Chorro de Quevedo, relajarte y ver la cotidianidad de Bogotá y su gente en esta zona de la ciudad. Después de disfrutar una taza de chicha, café o un delicioso vino, en el Chorro de Quevedo podrás seguir recorriendo el Centro Histórico de Bogotá; como ventaja encontrarás muy cerca grandes escenarios turísticos, llenos de historia sin fin, por ejemplo: la Plaza de Bolívar, ubicada a sólo un par de calles.» Texto extraído de https://www.bogotadc.travel/es/atractivo/urbano-social/chorro-quevedo-59-128 el 26 de julio de 2022.

«En 1969 se reconstruyó la plazoleta basándose en algunas imágenes y maquetas antiguas y se instaló una pileta. Ese mismo año se construyó la Ermita de San Miguel del Príncipe a la imagen de la antigua Capilla del Humilladero, que fue la primera iglesia que tuvo Bogotá.» Texto extraído de https://es.wikipedia.org/wiki/Chorro_de_Quevedo el 26 de julio de 2022.

Llegué a eso de las 10 a.m., con un cielo nublado, sin llover, que me permitió sentarme en un andén y comenzar mi labor, ver foto arriba. Abajo, la estructura de la composición, el dibujo.

Agradecimientos al Periodista Álvaro Sánchez por sus entrevistas en el instante de la pintura. Ver en los siguientes enlaces: https://www.tiktok.com/@periodistaalvarosanchez/video/7122489460549324038?is_from_webapp=1&sender_device=pc&web_id=7124815741144270341 https://www.facebook.com/100063562960782/videos/403653795162184

Arriba, acuarela a medio terminar. Abajo acuarela terminada.

Agua, Cielo y su contexto en una Acuarela de Marina

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En el mes de marzo me ha dedicado al agua, al mar; me fui a Santa Marta y Palomino. Aproveché para respirar e inundarme del aire y la luz que emanan del agua y de ella misma; para contactarme con su gente, su gastronomía y el bello contexto que contiene.

En una de las acuarelas que realicé, escogí esta hermosa vista de la Bahía de Santa Marta, Colombia. Realizada el sábado 12 de marzo de 2022. Aprovecho esta entrada para puntualizar en los detalles de su proceso creativo.

En la imagen arriba, nuestro el dibujo realizado con la vista real al fondo. Como he insistido en mis anteriores publicaciones, el dibujo es la estructura de la pintura.

Escogí un formato rectangular horizontal alargado, de 56 x 25 cm. que me permite abarcar la mayor cantidad de representaciones de barcos. En la imagen arriba, manché el cielo, el agua y la montaña del fondo a la izquierda con las primeras pinceladas. Después pasé a pintar los cascos de los barcos que percibía.

Arriba, instante de la pintura en vivo y en directo.

En la imagen arriba, podemos observar: Oscurecer del agua y el cielo para resaltar las luces de los blancos. Reflejos en el agua. Representación de las llantas en los cascos de los barcos con sus sombras, lo mismo que las ventanas y mástiles de los mismos.

Y aquí en la imagen arriba, ya casi terminando la pintura. Podemos contemplar los detalles finales: Intensificación de colores en los cascos con sus sombras. Ventanas más detalladas. Definición de los mástiles y las cuerdas resaltando sus blancos, esto lo logro rasgando esas partes de la acuarela con un bisturí.

En esta acuarela escogí lo que necesitaba y dejé lo que consideré en ese momento que no servía al conjunto. Para los cascos de las embarcaciones, utilicé colores cálidos, que contrastan con las tonalidades frías de los azules del cielo y el mar, a excepción del azul a la centro derecha que está ubicado en un sitio privilegiado en primer plano. A este barco dediqué la mayor atención, es el que en primera instancia impacta a la vista y por aproximaciones sucesivas va llevando al resto del conjunto.

Pintar en estudio o al natural.

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El año pasado estuve en Cartagena, además de pintar varias acuarelas y tomar bocetos, también tomé varias fotografías. En diciembre escogí una de las fotos de una calle que me pareció hermosa, la dibujé en papel acuarela y empecé a pintarla en el estudio, no la terminé ese día; otro día la seguí y tampoco la terminé.

El sábado pasado, me levanté con ese ímpetu de pintar. Pensé: ¿Termino la pintura de Cartagena que ya comencé y no he terminado, o me voy a la calle? Ganó la calle. Salí sin intención de sitio, pero vinieron a mi mente escenas del mercado vividas hace tres días, pasé por diversos sitios y no cumplieron mis expectativas, hasta llegar a una cafetería en un segundo piso en la esquina de la calle 30 con carrera 43 en Barranquilla, (calle de las vacas con 20 de julio), me fascinó esa vista superior.

Dibujé a eso de las 10 a.m. y empecé a colorear casi a las 11:00. Muestro aquí todo el proceso creativo realizado. Definitivamente, pintar en estudio ya como que no me cuadra mucho. Al tener una escena totalmente estática de una fotografía, como que me acomodo en ella y no siento esa sensación de premura que facilita la resolución de una acuarela. Como se que no va a cambiar, tiendo a ser más lento y a centrarme demasiado en el detalle. Mientras que pintar en vivo y en directo del natural, implica esa rapidez propia de la acuarela; estamos ante un escenario dinámico, cambiante: la atmósfera, la luz, las formas, los cuerpo y los colores se transforman en el tiempo de ejecución y lo que antes era, ahora no lo es. Así que, a trabajar rápido y a retener en la memoria visual los sucesos del instante. Y por último, quitar lo no esencial y dejar lo fundamental.

En la primera imagen arriba se observa la estructura de la acuarela, el dibujo. Ahí están representadas las diversas formas de la escena: los edificios altos al fondo, los cercanos de uno o dos pisos, las colmenas de vendedores delante de los edificios, adosadas a estos, y más adelante los autos, buses y bicitaxis, más las personas que se movilizan en el escenario; áreas más grandes también como el cielo y las vías de tránsito.

En la segunda imagen arriba, pinté el cielo con las pinceladas básicas de los edificios. En ese momento me di cuenta de la importancia de dibujar en primer plano la tolda del bicitaxi que va cruzando la calle.

En esta imagen arriba, pinté lo más oscuro de la escena, los fondos de las colmenas, que hacen un contraste espectacular con las toldas claras que las cubren. Al dibujar lo más claro al principio y después lo más oscuro, me dispongo así a crear en lo demás, gamas de tonalidades intermedias. En ese juego entre claro, oscuro e intermedios empiezo a jugar con la densidad integradora del cuadro.

En la imagen arriba, empiezo a dar forma a los edificios, sus ventanas y algunos detalles en su fachada, teniendo en cuenta que entre más cercanos estén a la vista, mejor detallados se verán y con mayor intensidad de color. También añado lo que se vende en las colmenas y está impregnado de la luz solar. Y por último, el piso de la vía, que es un color complementario del cielo.

Y ya casi finalizando, trabajé en el primer plano, en lo que le da vida a la acuarela: la diversidad de humanos y autos con toda su variedad de colores, luces y sombras. Terminé a eso de las 2:30 p.m.