Contemplación: Vida y Arte en una captura Sensible

Acuarela del Instante, Reflexiones

Disfrutando de la caminata de mi cuerpo por los manglares y playas en Cartagena, dejándome impresionar de la textura de la tierra húmeda, su olor, el sonido del viento acariciando mi piel, además, la exquisitez visual de los manglares asomándose en la arena extendiéndose en la playa, al mismo tiempo, percibir al agua saliendo de la tierra, proyectarse al infinito y fundirse en el cielo en una danza perenne de azules; a la vez, la cúpula celeste venirse sobre mí envolviéndome en una atmósfera que me hacía sentir parte del todo y como que también el todo era mío.

¡Cuando de pronto!: Distinguir ese chico echado sobre la arena, sólo en el paisaje, plácido, tranquilo y contemplador; en ese instante me identifiqué con él. Desde la distancia me quedé quieto, me acerqué a él a través de mi vista para no interrumpir su estar, lo contemplé a él y su entorno que era el mío durante un largo rato, hasta que se movió, cambió su posición, se levantó y se fue.

Con la retención en mi memoria visual de ese escenario percibido tan significativamente para mí, impulsivamente saqué mis acuarelas para pintar tan bella escena. El resultado en la siguiente imagen, trabajé lo más rápido posible, evité enfocarme en los detalles, sólo en su esencia, en lo que mi sensibilidad y percepción captó.

Estar sensible a la Vida nos permite disfrutarla y vivir con intensidad los momentos que consideramos significativos. Particularmente considero de crucial importancia el sentir, el oler, el palpar, el saborear, sentir el cuerpo, el oír, el ver, el percibir o dejarse impresionar; es la entrada a nuestro mundo interior. Desplegar la Sensibilidad siendo conscientes de ello, nos permite instaurar una Conciencia Perceptiva.

Para finalizar, ser sensible a las manifestaciones de la vida no es un acto banal, sino una forma de trascender. Cada color, sabor, sonido y textura que percibimos es un puente hacia nosotros mismos y hacia lo que compartimos con el mundo. Al contemplar, encontramos no solo la belleza en lo externo, sino también la esencia que llevamos dentro. Vivir con sensibilidad es recordar que la vida, en cada pequeño momento, es un arte.

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Reflexiones de Fin y Comienzo de Año: Aprender a Vivir y Dejar Vivir

Comienzo de año, Fin de año, Reflexiones

Está finalizando el año, un ciclo, lo cual implica un nuevo comienzo.

Todo fin y comienzo es propicio para reflexionar en lo pasado y proyectar al futuro.

Transcurrimos nuestra existencia en diversas esferas, ámbitos o círculos. Este año aprendí a valorar mi ámbito familiar.

Mi núcleo familiar es una esfera compuesta por elementos diversos, diferentes, cada uno con su propia personalidad, con su particular modo de sentir, pensar y actuar.

La Vida me ha llevado a que mi interactuar en familia me lleve a bajarme los zumos, bajarme de ese aire de grandeza, de importancia o de imprescindible que me ha llevado a creerme la última coca-cola del desierto.

Me ha enseñado que así como yo tengo mi propio derecho a ejercer mi libertad, también los demás lo tienen. Muy a pesar de que mi forma de concebir las cosas y los comportamientos sean muy contrarios a la interpretación de los demás. Muy a pesar de que cuando perciba en el otro de mi familia un comportamiento que para mi creencia lo considere anómalo y él lo considere conveniente, no me incumbe entrar a rivalizar con él, antes por el contrario: aceptarlo, disfrutarlo e integrarlo. Ahora, si en la aceptación llegase a considerar que he de darle a conocer mi apreciación, entonces buscaré el espacio y el tiempo pertinente para expresárselo; si lo llega a tomar en cuenta, fabuloso; si no, busco procurar que eso NO me lleve a estados de frustración que me arrastren a pensar que ese otro no me tiene en cuenta, que no valora lo que Yo le sugiero o enseño y así por aproximaciones sucesivas a cogerlo a título personal como si estuviese en mi contra.

Esto último definitivamente había que detenerlo. Esa forma insana de apreciar e interpretar algunos ámbitos de mi accionar en la Vida me estaba causando un daño enorme, en especial a mi esfera interna, a mi propia salud biológica y psicológica.

Es como si estuviese aprendiendo a «VIVIR Y DEJAR VIVIR». Es como si en las interacciones o relaciones conmigo mismo y con mi familia estuviese preparándome hacía la mejora en esferas de mayor radio.

Finalizo y comienzo otro ciclo con eterna gratitud hacía el Creador y la Vida por estos aprendizajes significativos.

Mis mejores deseos por un Grato Fin y un Nuevo Comienzo lleno de Aprendizajes que toquen, muevan y nos cambien.